Presagio

[Hazte salvaje y huye

Camina y fecunda de rabia los corazones

Para que las nuevas flores sean regadas nuevamente]

Las entrañas de la tierra crujen con furia dislocada. Se respira el advenimiento de nuevos tiempos. Ya pasó el tiempo de cuidar a la bondadosa madre tierra, exasperada y enérgica, desliza entre sus formas el llamado a una transformación inminente. De sus furiosas fauces ha de brotar un nuevo ser, un nuevo mundo, en donde el brillo y oxido de las estructuras se entrelace con la fuerza de las especies y la libertad de los cuerpos. Presagio nos hace participes de una energía que se libera desde el interior de la tierra y se expande en todas las direcciones bajo la complicidad de la oscuridad. No vaticina un futuro, ni intuye un cambio venidero, nos insufla la vibrante electricidad de una realidad que late entre nosotros. Nos recuerda que, por si no lo sabíamos, una nueva era se ha estado gestando, mientras nosotros cuestionamos un presente entumecido por las heridas del pasado.