Para Su Tranquilidad Haga Su Propio Museo

En la casa de Senobia Cerrud, el polvo y las telarañas reposan sobre los objetos. Algunos son tan cotidianos como utensilios domésticos; otros son insólitos, híbridos, fascinantes. De acuerdo con su voluntad, siguen justo como ella los dejó, con sus etiquetas escritas a mano alzada, cuidadosamente denominados y catalogados, como expuestos en un museo… Un museo hecho en casa: el Museo de antigüedades de todas las especies. Entre carillones  de viento hechos con cubiertos, macetas fabricadas con botellas plásticas, muñecos de papel y tela, antiguas sumadoras, radios, teléfonos, televisores, relojes y otros tantos “chécheres” de inconmensurable valor, resuena aún la voz de Senobia. Está ahí, en cada rincón, en cada puntada y pincelazo, en sus escritos, en sus pensamientos como si fuesen citas célebres, firmados “Seno”, repartidos por doquier. Está en un vestido de tela azul y, sobre todo, en la memoria y figura de todas las mujeres que lo portan. Una reflexión sobre la vida, la muerte, la soledad, la mujer, la vejez, el tiempo y la felicidad. Toda ella, hecha en casa.