Caída la noche, adentrado en el bosque, Camilo oye jadear los perros.
En la pantalla, el testimonio reconstruye una experiencia en un espacio prohibido, mientras la interfaz recrea una imagen incandescente a través de la voz. La experiencia de un cuerpo que se pierde para formar parte de un nuevo origen. Un reverso en el tiempo. Relato caleidoscópico de la pérdida y el encuentro de lo real. En ese bosque: el deseo se libera, la materia transmuta y la luz atraviesa el cuerpo.

La película se compone de dos obras (Yo sentí tu luz atravesarme y Tú me hiciste ver el cielo) derivadas de un proyecto en curso con el que Luis Esguerra (La noche desbarata mis sombras, 2020) explora las posibilidades de un cine entre amigxs, fluido y multiforme, que desborda los límites entre la ficción y el documental, entre la realidad y la fantasía, en una exploración plástica que despliega la materia de la imagen y moldea la imagen como materia.

Por Juliana Arana