Kamal Aljafari (An Unusual Summer) logra en su más reciente película A Fidai Film desarticular los mecanismos opresivos latentes y evidentes del archivo en toda su naturaleza, profanando, gracias a una lúdica sensible y crítica, y al mismo tiempo señalando las latencias de la barbarie impresas en el soporte volátil. Así lo demuestra recolectando indicios y trazas de los archivos cinematográficos y textuales confiscados a Palestina por los militares israelíes durante la ocupación de Beirut en 1982, estos fragmentos fungen de luciérnagas en la insondable oscuridad de represión y censura que la historia cultural de Palestina adolece; con estos fragmentarios materiales de brumosa lectura el cineasta palestino libera los cuerpos y los espacios contenidos en la cristalización del dictamen opresor, pueden funcionar como piezas de reivindicación y denuncia pero también operan como especulaciones y redenciones, el archivista-cineasta no sólo evidencia un episodio concreto, lo escudriña y problematiza también lo desarticula, expande la lectura forzada y férrea y, como Farocki y Ujica, la imagen apresada se convierte en posibilidad de cambio, discurso y potencial membrana que haga eclosionar otra imagen, que arda y vulnere las manos del tirano que intente tocarla.
Por Andrés Múnera