Pocas veces un documental había ahondado en la amistad entre hombres de una manera tan atenta y sencilla. Sin grandilocuencia, ni subrayados, Martin Farina filma a un grupo de adultos que acostumbran compartir un asado, lágrimas, vinos, abrazos, y carcajadas. Entre festejos y reuniones descubrimos una amistad entrañable de más de cuarenta y siete años, un vínculo que nació de un encuentro circunstancial en el servicio militar obligatorio, y se renueva y afianza cada año en la visita al cambio de guardia del regimiento de Patricios frente al Cabildo en Buenos Aires. Sin embargo, lentamente, en cada nuevo encuentro, emergen a tientas silencios incómodos y palabras distantes que alimentan la diferencia. Las posturas e ideologías políticas se tornan verdades eternas y avivan antipatías irracionales. Lo que los argentinos llaman La grieta, esa fractura social que se consolida entre aquellos que piensan distinto, ese surco que con paciencia y constancia fractura y aumenta las distancias entre los ciudadanos, se enquista en esta amistad anunciando su inesperada fragilidad. En El cambio de guardia, Martin Farina devela con tacto como en la cotidianidad más simple anida un problema político y social imposible de obviar, un fenómeno que crea barreras infranqueables entre familias, amigos y allegados, una polarización afectiva que amenaza la convivencia y la tolerancia, encumbrando a las ideas por encima de los seres humanos.

Por Juan Pablo Franky