PROCESOS DE FORMACIÓN: Nuevas perspectivas, Nuevas realidades

LAS PALABRAS Y LAS COSAS: Taller de cine - Invasión Cine

Las películas que componen Las palabras y las cosas, pueden entenderse como un inventario o constelación de historias que interrogan cómo el cine, al igual que cualquier lenguaje, participa en la construcción de la realidad y también puede subvertirla. El lenguaje no solo describe la realidad, sino que también la construye y moldea, condicionando nuestra percepción y comprensión del mundo. El cine, como lenguaje, no solo representa la realidad, sino que contribuye activamente a definirla, transformando las formas en que entendemos y organizamos el mundo a través de las imágenes y los sonidos.

Se nos ocurre pensar estas obras como una taxonomía que evoca “El emporio celestial de conocimientos benévolos”, aquella enciclopedia ficcional que Borges ideó. En ese espíritu, podríamos decir que las películas se dividen en: a) las que tensan las palabras y las cosas, b) las que se posan sobre las cosas, c) las que hablan sobre las palabras, d) etc., e) las que no tratan de nada, f) las que se imaginan a sí mismas, g) las que todavía no existen, h) todas las inimaginadas.

Mariana y las cosas, de Oscar Garzón, expone la relación arbitraria entre los objetos y las palabras que los nombran, creando a partir de ello una máquina lúdica que trastoca lo terrible con lo banal. El poeta, de Paloma Schachman, ofusca el sentido de las frases comunes, jugando con su sonoridad familiar y atravesándolas con música para darles un uso afilado y punzante. Esta es la historia de Henry convierte los detritos de un archivo personal en un flujo de conciencia que cae libremente sobre el presente. Suspiro estelar, de Raquel Páez, trata otro tipo de detritos: aquellos que se desprenden de la naturaleza y se presentan como una experiencia luminosa. C-41, de María José Alarcón, investiga la pérdida de imágenes, considerándolas objetos paradójicos que, al restituir el mundo, también lo pierden. Ocurre que las orejas no tienen párpados, de Andrés Poveda, disocia imágenes y palabras; las primeras se revelan como memoria degradada, las segundas como violencia contenida, creando una experiencia siniestra. El causero, de Diana Oliva, confronta la experiencia carcelaria de un hombre con un archivo de microorganismos, elaborando un inventario de palabras privadas de libertad. Finalmente, Mariana y las cosas, de Daniel Sánchez, retoma la relación arbitraria entre objetos y palabras, esta vez explorando las estrategias de la ficción.

Todas estas obras fueron creadas en el marco del Taller de Cine de Invasión Cine, un espacio dedicado a la experimentación y el pensamiento cinematográfico. Desde su origen, nos ha guiado una idea central: el cine sigue siendo un vasto campo de investigación sobre el mundo. Sus posibilidades plásticas se renuevan constantemente, y sus medios siguen ofreciendo infinitas formas de creación de nuevos lenguajes. Quizás uno de los mayores obstáculos para el cine ha sido su profesionalización, que ha instaurado la noción de un «modo correcto» de hacer las cosas. Sin embargo, las imágenes y los sonidos nacen por naturaleza libres, y aunque se los aprisione bajo formas estandarizadas, guardan la potencia de crear nuevos sentidos una vez se los libera bajo nuevas y venturosas formas.

Estas películas son el resultado de un movimiento paradójico: meditar a profundidad sobre el cine y, al mismo tiempo, salir a hacer películas sin pensar demasiado.  Ello implica un trabajo continuo y acelerado, flexible pero no menos severo, en el que los procesos de escritura, rodaje, montaje y exhibición se entrelazan, alterando las lógicas dominantes de la producción.

Quienes hemos hecho parte del taller compartimos un imperativo: desviar los procedimientos tradicionales de creación, repensar el modo en que el cine hace uso de los recursos e inventar, cada vez, nuevas conexiones entre nosotros y el mundo. En esta vibrante y frenética actividad surgen (esperamos) los destellos de la imaginación y la gracia de una nueva mirada, que solo puede existir a través de un trabajo colectivo, constante y exigente con la materia del cine.

Mariana y las cosas

Mariana y las cosas (Remake)

El poeta

Esta es la historia de Henry

Suspiro estelar

C – 41

El causero

Ocurre que las orejas no tiene párpados

UNA MATICA EN EL CONCRETO: Retrospectiva de la Escuela Internacional de Cine y Tv de San Antonio de los años, Cuba

Con mucho orgullo y un profundo sentimiento de compromiso, presentamos en la 26 Muestra Internacional Documental de Bogotá, MIDBO 2024, una retrospectiva de cinco cortometrajes realizados por estudiantes de la Cátedra Documental de la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños en Cuba. Estos cortometrajes fueron seleccionados con esmero, en colaboración con nuestra egresada, la cineasta colombiana Mónica Torregrosa Gallo.

Cada película presentada marca un momento crucial en los tres años de formación del curso regular, reflejando la evolución creativa de los estudiantes y nuestra filosofía pedagógica de «aprender haciendo», en un país tan rico cultural y humanamente, como lo es Cuba.

Esta retrospectiva no solo da testimonio de la diversidad y sensibilidad de las voces que emergen de la EICTV, sino también de la madurez de una institución que, desde su fundación, ha apostado por el cine como un acto de resistencia, ética y humanismo. Producidas a lo largo de más de dos décadas, estas películas son en gran parte, fruto del trabajo de Senobio Faget, “Puri”, quien dirigió la Cátedra Documental hasta 2020, y cuyo legado cuidamos con responsabilidad. 

El programa comienza, a modo de prólogo, con la película Color de rosa (2001) dirigida por Martín Deus, la cual retrata el “detrás de escena” de un cabaret en La Habana. Filmada en 16 mm con sonido asincrónico, la materialidad de esta película habla de un tiempo tecnológico específico y de las posibilidades poéticas que este favorece. Un segundo momento de la muestra está compuesto por las piezas Cisne cuello negro, cuello blanco (2012) de Marcel Beltrán y Toma dos de Pilar Álvarez (2012), una dupla de historias de vida que, contadas con recursos mínimos, propone personajes que reflexionan sobre la vida y la muerte, utilizando la voz en off como medio expresivo y la puesta en escena, como medio para la sanación. 

Para finalizar la retrospectiva, se presentan Ánima (2022) de Manuel Mateo Gómez y Compacta y revolucionaria de Claudia Alves (2011), dos documentales enmarcados en recintos institucionales los cuales, por medio de ejercicios juiciosos de observación, se detienen a indagar, por un lado, la cotidianidad y peripecias de los animales que habitan un zoológico y por el otro, los altibajos de la vida de una líder sindical en una fábrica de cerámicas. 

Esta retrospectiva reafirma nuestro compromiso de formar cineastas que, a través de su mirada, no solo transformen y dignifiquen el mundo que observan, sino que también se transformen a sí mismos en el proceso.

¡Agradecemos profundamente a la MIDBO por esta invitación y por el honor de compartir estas obras con su público! Esperamos las disfruten.

Juliana Fanjul

Jefa de la Cátedra Documental

Color de rosa

Cisne cuello negro, cuello blanco

Toma dos

Ánima

Compacta y revolucionaria

AUTO/RETRATOS: Laboratorio documental - Universidad Jorge Tadeo Lozano

¿Cómo narrar una vida? ¿Cuál es la distancia entre el yo y el nosotros? ¿Cuáles son las fronteras entre la biografía y la autobiografía? ¿Cuáles los límites entre el testimonio y la ficción? Son algunas de las preguntas que nos propone Leonor Arfuch y que atraviesan una parte del espacio académico del Laboratorio Documental del programa de Cinematografía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Esta selección de cortos explora las posibilidades del lenguaje audiovisual, la entrevista como una “forma abierta, flotante” y al mismo modo libre, el material de archivo como motor para la acción, y la puesta en escena como una relación que involucra al espectador para ser testigo de la transformación. Trabajos que indagan en el retrato de sus personajes, las vivencias de sus memorias familiares, el paso del tiempo, los mensajes enviados como postales a lugares aún no habitados, los espacios y objetos íntimos de la casa, la sensación efímera de la memoria que se evapora en instantes, la herencia intangible de la luz, las huellas perentorias de un pasado con conversaciones pendientes. Así, se descubre la plasticidad de la imagen en movimiento como una excusa para hurgar en el material mismo, en el gesto de la búsqueda de historias no reveladas y ver ahí, en el cine, la posibilidad de reconocer la mirada propia o como diría Jean Louis Comolli «el cine como la herramienta y el lugar de una relación posible, real, entre nosotros».

Por David Zapata Arias

Daño Generacional

Retrato de la Luz

Sombras color Rosa

Yo vengo

MIRADAS ÍNTIMAS: Centro de Capacitación Cinematográfica, México

Miradas Íntimas
Programa Centro de Capacitación Cinematográfica

Este programa reúne una selección de cortometrajes documentales que exploran los márgenes de la sociedad mexicana y los vínculos profundos entre las personas y su entorno. Desde las calles urbanas hasta los paisajes rurales, estos cortos nos ofrecen un vistazo íntimo a las realidades cotidianas que a menudo permanecen fuera del foco mediático. 

 En «La neta, no hay futuro», viajamos a Nezahualcóyotl, donde «chavos banda» sobreviven limpiando parabrisas en las esquinas de la Ciudad de México. Es una mirada a la vida urbana en los márgenes, que nos permite reflexionar sobre la supervivencia en un entorno que les es hostil. El segundo cortometraje, «La casa de los lúpulos»,  nos lleva por un recorrido emocional y visual a través de la relación de la realizadora y su padre. Las imágenes poéticas transitan el tiempo y el espacio, reconstruyendo un lazo familiar profundo y cargado de nostalgia. Finalmente, «Artemio» nos invita a reflexionar sobre la migración, las identidades fragmentadas y los desafíos de pertenencia. Este niño, nacido en Estados Unidos, ahora reside en un pueblo de Guerrero con su madre. A través de su mirada, somos testigos de cómo la distancia física y emocional con aquello que dejaron atrás se manifiesta con cada llamada telefónica. 

Estas producciones se realizaron como parte del proceso formativo en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), una escuela de cine pública fundada en 1975 en la Ciudad de México. El CCC ha sido cuna de cineastas comprometidos con la creación de narrativas visuales que exploran y reflejan la realidad mexicana desde una perspectiva única y profunda como Tatiana Huezo, Everardo González, Yulene Olaizola y Natalia Beristain.

Claudia Prado
Subdirectora de Investigación y Divulgación

La neta no hay futuro

Artemio

La casa de los Lúpulos

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