PROYECCIONES ESPECIALES
EL CORAZÓN DE LAS BRUJAS
Häxan o La historia de la brujería a través de los tiempos (Christensen, 1922), es una comprobación de la frase que asegura: el hábito no hace al monje pero oculta sus erecciones.
Presentada como un documental al que ilustra la puesta en escena de aventuras eróticas y desquiciadas por la presencia del Diablo, capaz de llevar a sus víctimas hacia los rituales de la hechicería, la lujuria y una posible locura, la brujería según Christensen describe a los inquisidores y a su larga historia de crímenes a nombre de Dios, cometidos desde el siglo XII hasta el siglo XVI, torturando a mujeres indefensas que supuestamente vulneraban el poder divino con sus proezas malévolas e inexplicables.
Tras un repaso de los antecedentes que condujeron a la creación de tribunales eclesiásticos para juzgar a las brujas, la picaresca secreta de la Iglesia y de sus monjes es revelada por la ansiedad de una criada que quiere seducir al fraile para el que trabaja. Las brujas le entregan a la rijosa mujer una pócima que enloquece al hombre agazapado detrás del hábito y demuestra que sus pasiones mundanas son incontrolables, hasta el punto que corretea a la mujer por el bosque donde la atrapa con sus brazos inquietos y regordetes.
Los inquisidores como inspiradores accidentales de relatos fantásticos para que las brujas “confesaran” sus pecados, escuchan complacidos la visita imaginaria que hace una de ellas a un aquelarre en el que son sacrificados niños sin bautizar, las mujeres se pasean desnudas, insultan la misa y sus objetos sagrados, presentan sus respetos al Diablo besándolo en el trasero y descomponen el orden establecido en la clandestinidad del jolgorio.
Un trance ingobernable que también sufre una monja cuando se cuela al convento el aguijón de la histeria y de su crisis neurótica, creando un caos por la maternidad frustrada de la mujer que le pide su Niño en préstamo a una imagen de la Virgen, alzándolo como un placebo del hijo que jamás tendrá.
Tras la exposición de crímenes y atentados contra la mujer a nombre de la Iglesia, Christensen concluye que las ancianas del siglo XX habrían sido juzgadas en la Edad Media, cuando las deformidades anatómicas –jorobas, cojeras, ojos torcidos o tuertos– eran consideradas señales diabólicas que las delataban.
Aún así, la inquisición no termina. Para Christensen, su equivalente en los años 20 era el siquiatra y sus tratamientos clínicos, capaz de diagnosticar los desórdenes en el comportamiento femenino. Más aún cuando el malestar revela el caos de las pasiones.
Por Hugo Chaparro Valderrama / Laboratorios Frankenstein©
Häxan: La brujería a través de los tiempos
HOMENAJE ALADOS
Gustavo Fernández, una vida en el arte del documental
Es difícil abarcar en un breve texto la trayectoria de Gustavo Fernández, un hombre que ha dedicado su vida al documental, a la docencia y a la crítica del devenir político del país. Es un ser escurridizo, irreverente y polifacético que no le teme a adentrarse en los rincones más profundos de Colombia y al mismo tiempo puede moverse con naturalidad por diversos circuitos artísticos europeos, donde se formó como cineasta. Su vida está llena de anécdotas y él no se mide en palabras para contarlas como buen narrador que es.
Pero para conocerlo mejor es preferible remitirnos a su obra… En ella, Gustavo ha sabido capturar la complejidad del alma humana, mostrando siempre una sensibilidad por los excluidos y una visión aguda de la sociedad latinoamericana. En él conviven, en una armonía desafiante y robusta, el rigor académico y la pasión del activista, la sensibilidad del artista y la voz del intelectual.
Desde sus inicios en la década de 1990, Gustavo ha explorado las facetas más diversas del documental, siempre con una voz y narrativa muy personal. Su capacidad para transitar por los espacios más recónditos del país, de poder reflexionar desde su propia condición, de ser un eterno viajero y hombre de mundo, lo ha llevado a abarcar todo tipo de documentales.
En su filmografía destacan trabajos que han recibido importantes reconocimientos, como El diablo y la rumba, obra frenética sobre el universo del rebusque popular, premiado en París y Nueva York, y De(s)amparo-Polifonía familiar, una película profundamente personal y pionera en Colombia, que obtuvo la Mención Honorífica en el Premio Nacional Audiovisual del Ministerio de Cultura en 2004, participó en Film-Land Kolumbien, Berlín 2004, Docs Barcelona, y en nuestra MIDBO en 2002.
En Cicatrices en la tierra (2022), estrenada en un momento imprescindible del panorama convulso nacional y con una exitosa temporada en la Cinemateca de Bogotá, nos ofrece una reflexión profunda sobre la memoria, la paz y la reconciliación, mostrando las huellas del conflicto armado en una sociedad dispuesta a perdonar. Estos son tres ejemplos de una filmografía que recomendamos ver en su totalidad.
A lo largo de sus más de 30 años de carrera, Gustavo también ha sido un formador clave de nuevas generaciones de cineastas. Su labor como docente en la Universidad Nacional de Colombia, así como en otras instituciones, ha sido fundamental para el cine documental en el país. Esto le ha permitió formar a toda una generación de realizadores que hoy siguen sus pasos, comprometidos con un cine consecuente y que son conscientes de la valiosa persona que es. Un cineasta profundamente generoso con el conocimiento y siempre presto a dar un consejo, una retroalimentación o la mano a quien lo necesite. Eso es quizás una manifestación de la pasión que lo impulsa y que nos asegura que vendrán muchas historias más.
Por Andrés Pedraza Tabares